La aventura del «Mirador de les Arts» arrancó en octubre de 2018. Ha llegado el momento de decir adiós.
La aventura del «Mirador de les Arts» arrancó en octubre de 2018. Ha llegado el momento de decir adiós.
Una exposición colectiva y un comisariado colectivo vinculan, de una manera sorprendente, el experimento del mítico restaurante FOOD del SoHo neoyorquino con el Empordà.
Òscar Holloway presenta una exposición en Can Felipa sobre los grandes nombres del «camera hunting», fotógrafos que cazan con la cámara.
Hay que ir a la exposición de Lluís Hortalà en el centro Tecla Sala de L’Hospitalet dispuesto a un doble juego: el del ojo, sometido a la lógica engañosa del trampantojo, y al del concepto, articulado en el sólido relato sobre la exposición de Oriol Fontdevila. Vayamos por partes.
Antes de que llegue el Día del Libro, hemos preguntado a los colaboradores del «Mirador de les Arts» qué tres libros sobre arte llevarían a una isla desierta. Las respuestas son sorprendentes.
…cómodas, resistentes, fáciles de lavar. Así se anunciaban, en los años setenta, las nuevas fibras elásticas que salían de las textiles de Mataró, una ciudad especializada en el género de punto que hoy muestra su patrimonio industrial en la antigua nave de Can Marfà.
“Hace tiempo que hago videoinstalaciones. Me permiten seguir haciendo cine de formas diferentes. Porque el cine de las salas hay cosas que no las admite, por el soporte, el contexto o el público, que se ha vuelto muy conservador.”
Jordi Mitjà, Jon Uriarte y Ingrid Guardiola han llevado al Museu de l’Empordà de Figueres y al Museu de l’Exili de la Jonquera el cuarto episodio de este laboratorio visual del territorio que es Terra-lab.cat.
El austríaco Oliver Ressler presenta en la galería àngels barcelona su primera exposición individual en la ciudad.
A Concha Martínez Barreto le interesa mostrar los mecanismos de construcción de la memoria.
Una exposición en el Museo de Arte de Girona nos acerca a la obra pictórica y escrita de esta artista polaca que dejó huella en la Girona de principios del siglo XX.
Lee Miller no era una “femme fatale”, era una “femme différente”.