La aventura del «Mirador de les Arts» arrancó en octubre de 2018. Ha llegado el momento de decir adiós.
La aventura del «Mirador de les Arts» arrancó en octubre de 2018. Ha llegado el momento de decir adiós.
«Picasso Baby», de Jay-Z, es una crítica a la ostentación que los nuevos ricos hacen del arte.
¿Se imaginan a René Magritte bailando con su esposa Georgette una suave balada de R&B?
En pandemia, las escenas nocturnas en bares del pintor Edward Hopper parecen cosa de un mundo perdido.
Los niños con ojos anormalmente grandes que pintaba Margaret Keane estaban considerados de mal gusto, pero inundaron galerías y tiendas de arte de los Estados Unidos.
Según Joan Miró, «el arte de Raimon llega directamente al pueblo, consigue un contacto instantáneo».
La relación entre la Capilla Rothko en Houston y la música es de amor.
«Entre el reloj y la cama» (1940) es una de las últimas pinturas de Edvard Munch, en la que se autorretrata en su habitación.
La cantante Tori Amos nunca ha escondido su feminismo, y en esta canción denuncia lo difícil que es para una mujer llegar a según dónde.
Cohen transformó un texto zen clásico, ilustrado por los mejores artistas orientales, en una canción de cowboys.
“Modern Art”, de los Black Lips, relata un viaje alucinante por el Teatro-Museo Dalí de Figueres. Ay, las drogas…
“Volare, oh, oh, volare, oh, oh, oh!”. ¿Quién no ha cantado alguna vez este estribillo?
«Picasso’s Last Words» es hija de una feliz casualidad.
Picasso es lo de menos en una canción musicalmente hipnótica.
Ambientada en la Florencia renacentista, esta es la historia de una campesina locamente enamorada de Michelangelo.
Todavía no había muerto Dalí, y Mecano ya pedía su reencarnación.
En una cápsula del tiempo que está enterrada bajo el edificio del Museo van Gogh de Ámsterdam, hay un juego de pinceles del artista y una partitura de la canción «Vincent (Starry Night)», del cantautor estadounidense Don McLean.
Tommaso quería ser pintor. Con la excusa de su vocación incipiente, pidió entrar como aprendiz en el taller de Michelangelo.
El arte de Bill Viola (Nueva York, 1951) tiene una calidad hipnótica tan intensa que puede fascinar y molestar a partes iguales. Pasa lo mismo con el sustrato místico y espiritual de su obra.
En Solsona, las pinturas de Sant Quirze de Pedret son la estrella del museo, situado en el interior del imponente edificio neoclásico del Palacio Episcopal, junto a la catedral.